Durante el último año, Res publica ha apoyado varios proyectos de reurbanización en localidades costeras muy conocidas por los turistas: La Baule-Escoublac , Le Touquet-Paris Plage y Cherbourg-en-Cotentin. Estos paseos marítimos y sus centros históricos son importantes espacios públicos, cruciales para la identidad de estos balnearios y sus alrededores. Sin embargo, los nuevos usos (comerciales, de ocio y relacionados con la movilidad) están teniendo dificultades para consolidarse y revitalizar la imagen de estas zonas. Como resultado, a pesar de su apego a estos lugares emblemáticos, algunos usuarios están abandonando sus espacios públicos debido a la falta de atractivo, los problemas de accesibilidad causados por la peatonalización (en particular para personas con movilidad reducida) o la competencia de otros centros comerciales. Estos son desafíos que nuestro equipo ya observó en 2018 durante el de Granville 2030 .
En realidad, no es fácil pasar de un modelo turístico de las décadas de 1970 y 1980, basado en el predominio del automóvil, a espacios públicos más tranquilos , lo que impactará profundamente la imagen y el atractivo de la ciudad durante los próximos cincuenta años. De hecho, los proyectos deben abordar simultáneamente los desafíos del atractivo (desarrollo turístico, revitalización comercial, modernización de la imagen de la ciudad, etc.) y los que impone el cambio climático (aumento del nivel del mar, islas de calor urbanas, consumo energético, sellado del suelo, erosión costera, etc.).

Esto implica una transformación significativa de las prácticas y hábitos de los residentes, ya sean propietarios de viviendas permanentes o de segundas residencias, y de los usuarios:
Los méritos de estos proyectos rara vez se cuestionan, pero sí plantean preocupaciones que se expresan durante el proceso de consulta : cambios en la velocidad de acceso al paseo marítimo, accesibilidad para personas con movilidad reducida, la posible creación de una zona verde, falta de estacionamiento y carriles de circulación, pérdida de clientes, la cantidad de inversión requerida, etc. Dadas estas circunstancias, es esencial discutir cómo las ciudades pueden adaptarse a los desafíos a medio y largo plazo, al tiempo que abordan las expectativas y preocupaciones de las comunidades afectadas.
Ya fuera para definir las especificaciones para el equipo de gestión del proyecto, como en Le Touquet, o en cada etapa del desarrollo del diseño preliminar, como en Cherburgo-en-Cotentin y La Baule, los ciudadanos comenzaron evaluando los desafíos del proyecto : ¿qué funciona hoy? ¿Qué necesita cambiar? Posteriormente, participaron en conversaciones con diseñadores y funcionarios electos durante todo el desarrollo del proyecto. Este proceso, liderado por la ciudadanía, permitió la búsqueda de consenso, sin ignorar las diferencias de opinión, sobre expectativas, recomendaciones y propuestas de acciones específicas.

En los debates sobre el futuro de nuestras ciudades costeras surgen dos visiones diametralmente opuestas:
